Albert Pujols, con la misma dedicación de siempre






Tempa. Albert Pujols llega al Tempe Diablo Stadium a las 6:30 de la mañana y se va pasadas las 3:00 de la tarde, cuando la gran mayoría de los otros 63 participantes de Anaheim en los entrenamientos ya se han ido.El dominicano le pone hielo a sus rodillas de 33 años, preparándose para el día siguiente.

Pujols ha ganado dos Series Mundiales y tres premios al Jugador Más Valioso, ha firmado uno de los contratos más lucrativos en la historia y sería un Salón de la Fama en cinco años si se retirara ahora mismo.

Pero motivación no le falta.

“Aún tengo hambre”, dijo el veterano. “Aún tengo que estar aquí temprano, hacer mi trabajo, mi preparación. Eso es algo que nunca va a cambiar. Cuando lo vean cambiar, será que ya no estaré enamorado del juego. No creo que eso llegue a pasar, porque antes de eso prefiero colgar el jersey.” Pujols sigue enamorado del proceso, el trabajo arduo que premia esa clase de dedicación. Y al igual que tantos de los grandes, quiere más y más.

“Sólo tengo dos dedos para poner anillos”, dijo. “Hermano, tengo 10 dedos.”
Sin embargo, Pujols siempre dice que no son los números lo que lo motiva. Al decírsele que este año probablemente sea el momento para que llegue a los 500 jonrones (le faltan 25), las 1,500 empujadas (está a 66), el quisqueyano habla como si no lo supiera.

“Ojalá pudiera explicarle eso a la gente”, expresó el toletero. “No juego por los números, hombre. Soy raro en ese sentido. Es que sé que me queda mucha carrera y, cuando esté retirado, espero tener mucho tiempo para disfrutar lo que he hecho en este juego”.

“Pero ahora mismo, pues no sé, quiero concentrarme en lo que tengo que hacer este año, no pensar en los 500 cuadrangulares”, continuó. “Esa es otra distracción, y uno no quiere más distracciones. Este juego es difícil. Es difícil y si traes más distracciones, lo haces más difícil aun”. 

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